.
El niño de 2 a 4 años
‑
El niño todavía es inestable emocionalmente e impaciente, por ello tiene
rabietas con facilidad y poca tolerancia a la frustración.
‑
Comienzan a aparecer las emociones de orgullo, culpabilidad, envidia y autovaloración de uno mismo.
‑
Suelen tener miedo a lo desconocido, a la oscuridad, a los ruidos,…
‑ Es una etapa caracterizada por un cierto egocentrismo, le cuesta compartir y no tiene adquirido un adecuado control de sus impulsos.
El niño
de 4 a 6 años
‑ Aún
continúa la fase del egocentrismo, aunque comienza a ser un poco más
comprensivo y responsable. En estas edades está aprendiendo a respetar y
comprender las normas y los límites.
‑ Tiene
dificultades para comprender los sentimientos y las necesidades de los demás.
‑ Se inicia el Complejo de Edipo y Electra, es decir, la identificación con el padre si es niño y con la madre si es niña, sintiendo cariño y ternura hacia el otro progenitor.
El apego:
Vínculo afectivo que se crea por afectividad y contacto con personas del
entorno inmediato.
‑ Apego
evasivo o inseguro
‑ Apego
de ansioso‑ambivalente
‑ Apego
desorganizado
La formación del autoconcepto y la autoestima:
Autoconcepto: Conjunto
de percepciones, actitudes y sentimientos que tenemos sobre nosotros mismos.
Autoestima: Valoración que hacemos
de nuestras capacidades y logros, es la valoración positiva o negativa, de ese
autoconcepto.
Las emociones: Las
emociones son un estado afectivo que puede desarrollar la afectividad.
Funciones de las emociones: Funciones
adaptativas las representa Rober Plutchik, refiere que la conducta emocional
tiene ocho propósitos. Protección (miedo), destrucción (ira), reproducción
(alegría), reintegración (tristeza), afiliación (seguridad), rechazo (asco),
exploración (anticipación) y orientación (sorpresa).
Funciones sociales: La
representa Carroll E. Izard y favorece la interacción social
Funciones motivadoras: Existe
una estrecha relación entre emoción y motivación.
Conflictos relacionados: Conflictos
relativos a la afectividad infantil dependerán de las edades, la maduración y
en ocasiones de la respuesta que los padres o figuras de referencia.
PAPEL DE LA ESCUELA Y DEL EDUCADOR O EDUCADORA
EN EL DESARROLLO AFECTIVO
Facilitar la adaptación del niño al sistema
educativo.
‑
Favorecer la creación de un clima positivo, que prevenga la mejora de las
relaciones de toda la comunidad educativa, es decir, niños, educadores y
familias.
‑ Tener
presente que el educador es un referente para el niño y por lo tanto debe dar
ejemplo, ya que en la edad infantil está muy presente la imitación y la
observación.
‑ Crear
un ambiente afectuoso, ofreciendo apoyo y cariño, lo cual sentará las bases
para establecer una seguridad en el niño y que este se sienta querido y
valorado, circunstancia que le hará construir una imagen positiva de sí mismo.
‑
Desarrollar una metodología adaptada a las características personales de cada
niño y dirigida a favorecer el reconocimiento y expresión de emociones, la
asunción de normas y límites claros, los hábitos de autonomía, el
autoconocimiento, la mejora de la autoestima y la resolución pacífica de los
conflictos.
‑
Organizar los espacios, tiempos y materiales, de manera que les ayude a
realizar actividades cooperativas y por tanto facilitadoras de relaciones
interpersonales.
‑
Promover la colaboración familia‑escuela,
importantísima para trabajar en colaboración y poder contribuir al desarrollo
afectivo del niño
Experiencia de vida
Son escasas las experiencias específicas enmarcadas en mis recuerdos sobre mi infancia, siempre he pensado que yo bloqueé inconscientemente muchos de ellos. Sin embargo, tengo muy presente que, de la edad de 2 a 6 años, vivía en la ciudad de Ibagué con mi mamá, en este municipio no teníamos ningún familiar, por lo tanto, para que mi mamá pudiera trabajar, le pagaba a una señora conocida para cuidar de mí, la cual viví con su esposo, madre e hijo.
Solo podía ver a mi mamá los fines de semana, y en muchas
ocasiones no se podía, porque ella estudiaba los fines de semana, nací cuando
mi progenitora contaba con la edad de 16 años, huérfana desde los 7 año, por lo
tanto, le tocaba muy difícil. Recuerdo que la estancia no era muy agradable
allí, no recibía ningún tipo de afecto por parte de la señora ni miembros de la
familia, sino solo lo necesario para cumplir con su responsabilidad adquirida.
Yo siempre permanecía con un saco rojo que era de mi mamá,
para sentirla cerca, era tanto así que la señora se ponía brava, porque
asimilaba que yo mantenía muy aburrida allí. En mi inocencia recuerdo que no era
consciente de que mi mamá me dejaba allí porque tenia que trabajar y estudiar
para que pudiéramos tener un nivel de vida mejor, lo cual dejo muchos vacíos en
mí esa escasez de afectividad.
Teniendo en cuenta lo anterior
y la evolución de afectividad infantil,
cuando refiere que los niños de 4 a 6 años ‑ Tiene dificultades para
comprender los sentimientos y las necesidades de los demás y
Así mismo considero que en esta etapa de mi vida, experimente, la ansiedad, caracterizado como un conflicto
de la afectividad, contaba los días y hacías cosas que me ayudaran a sobrepasar
el tiempo más rápido y poder ver a mi mamá.
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